¿Un campo de cráteres de impacto
en el sur argentino?
Maximiliano C. L. Rocca |
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Como parte
de un programa científico internacional para la detección
de nuevos sitios de impacto de asteroides financiado por
The Planetary Society, Pasadena, CA, EEUU, una zona
con más de 100 posibles nuevos cráteres de
impacto ha sido estudiada en detalle en el sur argentino.
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e trata
de la zona denominada «Bajada del Diablo», en la
Provincia de Chubut, Patagonia, Argentina (42º 45' S, 67º
30' O). Este lugar fue reportado por primera vez por el geólogo
argentino Dr. Hugo Corbella en 1987. Esta área fue estudiada
a partir del examen de imágenes satelitales a color de los
satélites LANDSAT 4, 5 y 7 del SSC-NASA, EEUU. La resolución
máxima de las imágenes consultadas era de 200 metros.
También se consultaron fotos aéreas disponibles en el
Instituto Geográfico Militar (IGM) de Buenos Aires, Argentina,
con resolución máxima de unos 50 metros.
En una área de 27 x 15 km aparecen más de cien posibles
cráteres de impacto del tipo simple (!). Se trata de depresiones
en forma de taza con el borde sobreelevado con respecto al piso de
la geografía local. Catorce cráteres muestran diámetros
comprendidos entre los 300 y los 1 000 metros. En muchos casos, se
aprecian alrededor de cada cráter carpetas de escombros que
han sido lanzadas desde los cráteres mismos durante el impacto.
Estos cráteres no serían de origen volcánico.
Tampoco serían dolinas o formaciones cársticas. |
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La imagen muestra solamente
una porción de la región conocida como Bajada
del Diablo, en la Provincia de Chubut, Argentina. Esta zona
con cráteres comprende una superficie enorme que
ubicaría a este sitio entre los mayores campos de
cráteres de impacto de meteoritos gigantes conocidos
en el mundo.
Bajada
del Diablo en Google EarthTM
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Estos cráteres están ubicados en su gran
mayoría en terrenos de sedimentos fluviales de edad Terciaria
- Cuaternaria (más de 2 millones de años de edad). También
hay algunos cráteres sobre otros tipos de terrenos geológicos
como, por ejemplo, mesetas de roca volcánica basáltica.
Tal es el caso de la Meseta de Filu-Co. Las áreas de sedimentos
fluviales de edad Holocena reciente, no muestran ningún cráter.
Esto nos dice que el evento de impacto del asteroide es bastante antiguo,
por lo menos 1 millón de años de antigüedad. Muchos
cráteres han sido erosionados y borrados por la sedimentación
fluvial reciente, y lo que vemos hoy, es sólo el remanente
de la más abundante población original de cráteres.
Cuando una lluvia de meteoritos choca con el suelo terrestre, los
fragmentos se distribuyen en la llamada «elipse de dispersión»:
se trata de una zona oval cuyo eje mayor coincide con la dirección
de vuelo de la lluvia de meteoritos. En uno de los extremos de la
elipse de dispersión se concentran los mayores fragmentos de
meteoritos o los mayores cráteres de impacto.
Curiosamente, en el caso de Bajada del Diablo no es visible ninguno
de estos patrones geológicos. No hay allí evidencia
alguna de una elipse de dispersión. Los cráteres, grandes
o chicos, están mezclados distribuidos al azar por toda el
área de la zona impactada.
Es decir que lo más probable es que el asteroide que formó
este campo de cráteres fue del tipo «pila de escombros».
¿Qué es esto? Fácil: los asteroides de acuerdo
a su constitución física se clasifican en dos tipos: |
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Los «monolíticos»,
formados por sólo un bloque de roca sólida. |
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Los «pila
de escombros», formados por un conjunto de fragmentos
de rocas aglutinados por la mutua débil fuerza de atracción
gravitatoria. Se trata de conglomerados de rocas formados durante
el choque de dos asteroides sólidos monolíticos,
su fragmentación por el choque y su subsiguiente re-agrupamiento
en un conjunto de escombros unidos por la mutua atracción
gravitatoria. |
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Al acercarse a la Tierra, el asteroide del tipo pila
de escombros, y de quizás unos 200 metros de diámetro,
se habría disgregado por la acción de la fuerte atracción
gravitatoria de nuestro planeta. Se habría formado así
una nube de escombros. Los cientos de fragmentos separados por la
atracción terrestre habrían luego entrado en la atmósfera
terrestre por separado y finalmente habrían impactado sobre
la superficie formando el campo de cráteres de Bajada del Diablo.
Mayores investigaciones sobre este interesante sitio, están
hoy en marcha. |
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Agradecimientos |
Al geólogo Dr. Daniel Acevedo (Centro Austral
de Investigaciones Científicas (CADIC)) de CONICET, Ushuaia,
por llamarme la atención sobre este interesantísimo
sitio con cráteres y por su valioso consejo y amistad.
Al geólogo Dr. W. Uwe Reimold (Museo de Historia Natural de
Berlín, Alemania) por su valioso consejo y amistad.
A The Planetary
Society, Pasadena, California, EEUU, institución que
financia este programa de investigación. |
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Referencias |
--- Corbella H. (1987), Revista Asociación
Mineralogía, Petrología y Sedimentología 18
(1/4), p.67.
--- Rocca M. C. L. (2006). Two New Potential Meteorite Impact
Sites in Chubut Province, Argentina. Publicado en inglés
en Meteoritics and Planetary Science (MAPS) Vol. 41 (8),
Supplement, p.A152, 2006. Trabajo presentado en el 69th
Annual Meeting de la Meteoritical Society, Zurich, Suiza, Agosto
2006. |
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Para
saber más... |
Estructuras de Impacto:
sus pormenores y clasificación
Todo comienza con los asteroides.
Se podría decir que los asteroides son
escombros cósmicos que sobraron de la
construcción planetaria. Fragmentos de
roca o metal que tienen desde muchos kilómetros
hasta unos metros de diámetro y que giran
alrededor del Sol.
El Sol y los planetas se formaron hace unos
5 mil millones de años a partir de una
nebulosa galáctica de gas y polvo calientes.
A medida que el gas se enfriaba se condensaba
en gotas y granos que luego se agrupaban y aglomeraban
por la mutua fuerza de atracción gravitatoria.
Formaron entonces cuerpos sólidos menores
de diversos tamaños. A partir de ellos
crecieron los planetas y los sobrantes de ese
episodio son los asteroides de hoy.
Los asteroides del Cinturón Principal
giran alrededor del Sol en órbitas casi
circulares entre Marte y Júpiter desde
el origen del Sistema Solar. Sin embargo, a
ciertas distancias del Sol, la fuerza de atracción
gravitatoria de los planetas los perturba en
su viaje orbital cambiándoles el rumbo.
Son las llamadas RESONANCIAS ORBITALES. Júpiter
es el responsable principal, con su enorme fuerza
de gravedad, de alterar las órbitas de
los asteroides del Cinturón Principal.
Los atrae cambiando una órbita casi circular
en una nueva, ahora de forma elíptica
(ovalada). Otro mecanismo de cambio orbital
son los impactos y choques entre asteroides
dentro mismo del Cinturón Principal.
Ellos producen astillas gigantes que salen disparadas
en nuevas órbitas que las alejan de su
lugar de origen.
En muchos casos estas órbitas nuevas
se cruzan con la de algún planeta cercano
y éste, a su vez, también perturba
otra vez la órbita del asteroide. Muchos
asteroides se mueven en órbitas verdaderamente
caóticas por todo el Sistema Solar interior.
Es así como un asteroide que se originó
en el Cinturón Principal se transforma,
con el tiempo, en un Asteroide que se Acerca
a la Tierra (AAT en español). En inglés
se los conoce como Near Earth Asteroids
(NEAs).
Los Asteroides que se Acercan a la Tierra (AATs)
giran en órbitas elípticas (de
forma ovalada) y como consecuencia su distancia
al Sol cambia mucho en cada periodo de translación.
Los planetas giran en órbitas casi circulares
por lo que su distancia al Sol varía
muy poco a lo largo de un periodo de translación.
Es por eso que los AATs se cruzan con la órbita
de la Tierra. Si cruzan la órbita terrestre
en un punto exacto de coincidencia entonces
el asteroide puede chocar con ella, formando
un cráter de impacto y causando gran
daño a la vida.
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Fases
de la formación de un cráter
generado por el impacto de un meteorito:
a) compresión, b) excavación,
c) modificación. |
Los AATs pueden chocar con la
Tierra y de hecho este tipo de eventos ya ha
ocurrido en el pasado geológico muchas
veces... y volverá a ocurrir en el futuro.
Imagine Usted una roca de 1 km de diámetro
cayendo del cielo a 20 km/s, verdaderamente
terrible. Parece fantasía pura.
Sin embargo es real y se trata de un proceso
geológico raro (en la escala de una vida
humana) pero activo y capaz de liberar cantidades
colosales de energía. Un impacto de asteroide
es millones de veces más fuerte que el
peor terremoto o la mayor erupción volcánica
posible. La razón es la tremenda energía
cinética que el asteroide descarga al
chocar contra la superficie terrestre. Esta
última está en directa relación
a la mitad de la masa del asteroide (en kg)
multiplicada por el cuadrado de su velocidad
(en metros por segundo).
En promedio un asteroide de medio kilómetro
moviéndose a 20 km/s liberará
unos 25 000 megatones de energía al impactar
(1 megatón es un millón de toneladas
de TNT). Para dar una idea, una bomba termonuclear
de Hidrógeno libera al detonar unos 20
megatones de energía. La diferencia entre
los impactos y otros procesos geológicos
terrestres está en la velocidad con que
se libera la energía. En un impacto esta
última se libera virtualmente en forma
instantánea. Una estructura de impacto
de 200 km de diámetro, por ejemplo, ¡se
forma en sólo 10 minutos!. Al chocar,
la ENERGÍA CINÉTICA del asteroide
se transforma en la llamada ONDA DE SHOCK. Ella
consiste en un pico de altísima presión
(desde 100 000 hasta 5 millones de veces la
presión atmosférica normal) que
se propaga velozmente (a varios kilómetros
por segundo) a partir del punto de impacto.
Tanto el suelo terrestre como el asteroide que
chocó sufren sus efectos. A medida que
la ONDA DE SHOCK se propaga va perdiendo fuerza
con la distancia, pero, enormes volúmenes
de roca son astillados, deformados, triturados,
fundidos, proyectados hacia el cielo y hasta
vaporizados... en sólo unos segundos.
Las temperaturas, en la zona de impacto, pueden
superar los miles de grados Centígrados.
Curiosamente, del asteroide que chocó
no sobrevive nada. Toda su masa se transforma
en vapor como consecuencia de los efectos del
paso de la ONDA DE SHOCK que lo castiga.
A consecuencia del impacto se forma una cicatriz
en la superficie terrestre con forma de cuenco
circular llamada CRÁTER o ESTRUCTURA
de IMPACTO. En promedio, un asteroide abre un
cráter cuyo diámetro es igual
a 20 veces su propio diámetro. Ejemplo:
Una roca de 1 km de diámetro abrirá
un cráter de
20 km.
Ya se han catalogado 200 estructuras y cráteres
de impacto sobre la Tierra que tienen desde
unas decenas de metros hasta cientos de kilómetros
de diámetro.
En general, los cráteres se clasifican
en:
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Cráteres
simples: Hoyos con forma de taza que
nunca tienen más de 5 km de diámetro.
El más popular y prototipo en su
clase es el Cráter
Meteoro, (o Cráter Barringer)
de Arizona, EEUU . Se trata de un hoyo de
1 200 m de diámetro formado hace
unos 50 000 años por el impacto de
un asteroide de unos 40 m compuesto por
Hierro y Níquel. |
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Estructuras complejas: Éstas
pueden ser de tres modelos: |
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De
pico central. |
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Multi-anillo
de Anillo central. |
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Cuencas
multi-anillo.
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Pueden
tener desde unos 4 km hasta 400 km de diámetro.
Las mayores son la llamadas cuencas multi-anillo,
que tienen el tamaño de países
enteros. Se las define como grandes estructuras
geológicas circulares que muestran
una alternancia de anillos elevados concéntricos
y valles hundidos delimitados por fallas
geológicas (zonas de fractura). |
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Capital Federal, Buenos Aires, Argentina, 28 de
Agosto de 2006. |
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